El arte de construir
campanas tuvo mucho auge y prestigio desde antiguo. Los maestros campaneros, también llamados maestros fundidores o artífices de hacer campanas, se desplazaban por gran parte de la península construyendo campanas en cada lugar donde se les contrataba.
En Bizkaia, donde la documentación
anterior a mediados del siglo XV es muy escasa, todo comienza en periodo
cultural gótico con una serie de maestros franceses o flamencos asentados en la
costa, en Bermeo y Lekeitio, que saben alear metales, fundir bronce.
Más tarde, los artífices de
construir campanas que trabajaron en Lekeitio, procedían en su mayoría de
Cantabria.
Hasta que las campanas se
comenzaron a hacer de forma industrial y los maestros campaneros fijaron la
residencia de sus fundiciones, las campanas se fundían “a pié de iglesia”,
junto a la iglesia para la que se hacían, o lo más cerca posible de ella.
La adjudicación de la construcción
de la nueva campana, a uno u otro maestro fundidor, se realizaba mediante
subasta entre los maestros fundidores que se presentaban a ella. Seguidamente
se formalizaba ante escribano un contrato entre las dos partes.
La parroquia contratante
facilitaba a los maestros fundidores todos los materiales que necesitaban,
incluido el horno y la tierra que hacía falta para hacer el molde de la campana.
Los materiales que se emplean en
el proceso de fundición de las campanas no han variado penas con el paso de los
siglos. De hecho, así aparecen en el Espectáculo
de la Naturaleza ,
tratado escrito en el año 1773:
“1º La tierra más pegajosa es
siempre la mejor, y se debe cuidar mucho cribarla bien, para quitar todas las
piedrecitas, y quanto pueda causar grietas, ó desigualdades en la superficie
del molde. 2º El ladrillo sólo sirve para el macho de la campana, y para el
horno. 3º estiércol de caballo, borra, y cáñamo, mezclados con la tierra para
evitar las grietas, y para comunicarle mas fuerte unión a la argamasa. 4º La
cera, que sirve para formar inscripciones, armas, y otras figuras. 5º Sebo, que
se mezcla en igual cantidad con la cera, y de los dos se compone una mas
manejable, como una pasta blanda, por medio del fuego, y para poner una leve
capa de esta masa sobre la lámina, antes de aplicar las letras. 6º Carbón, este
sólo sirve para cocer, y secar el molde”.
Los maestros fundidores se
preocupaban de encargar a la parte contratante que todo estuviese preparado y
organizado, las plantillas de cada tipo y tamaño de campana, las letras de
madera con las que se debía formar la leyenda elegida para cada campana, los
yugos etc. Se encargaban personalmente de preparar las mezclas de materiales
para el molde, así como de la mezcla de metales que se debían fundir en una
aleación exacta para cada sonido que se quisiera conseguir. En alguna ocasión,
los fundidores, aportaban también parte de los metales a fundir.
A continuación veremos, por orden cronológico, los
maestros fundidores que trabajaron en Lekeitio, además de los
que, por varias circunstancias, alguna de sus campanas terminó en Lekeitio sin
haber sido construida para esta localidad.
Juan
de Flandes y Jacques.-
-En 1498, Juan de Flandes, suelda
una campana de Santa María de Lekeitio, por lo que cobró 375 maravedíes.
-En 1499, el maestro fundidor Juan
de Flandes y su ayudante Jacques, construyen 3 campanas para la parroquia de
Santa María de Lekeitio. Les pagaron por la manfechura 20 florines de oro (7.688 maravedíes).
Dos de estas campanas eran de 28 quintales (1.288 kg .) y la tercera de
18 quintales (828 kg .).
La tarea de fundir estas tres
campanas duraría 40 días, durante los cuales, gratuitamente, tuvieron los
fundidores a su disposición un peón para vigilar el horno, aderezar tierra etc.
El valor del metal empleado en la construcción de las tres campanas ascendió a
15.000 maravedíes.
Con la compra de los metales no
acaban los gastos, que siguen por un largo tercer capítulo de adquisición de
leña, carbón, ladrillos, sebo de carnero, estiércol de mula, borra, cardas,
cáñamo, moldes de madera que hacen los carpinteros o toneleros a petición de
los fundidores, hierros y maderos para la cruz o yugo, peones vigilantes del
horno, escavadores de hoyas, acarreadoras de tierra para amasar el barro, etc.
Lo que significó un gasto de algo más de 6.000 maravedíes.
Baltasar de Sauto.- Natural de Bizkaia. Sobrino del
maestro fundidor Aparicio de Sauto. En 1550 se encontraba asociado
con el maestro campanero Pedro
Sáez de Bareyo en la
hechura de campanas para la iglesia parroquial de Santa María de Lekeitio. La
escritura de compromiso se firmó el 3 de septiembre de dicho año. Se desconoce
el paradero de estas campanas.
Juan de Güemes Alvarado.- Oriundo de la antigua merindad
de Trasmiera, en la actual Comunidad Autónoma de Cantabria.
El peso de la campana
mayor, sin el yugo, es de 2.946 Kilos,
mide 5,37
metros de circunferencia y 1,71 metros de
diámetro.
Fue desmontada de su lugar el 18 de mayo de 2001, mediante una grúa de la empresa Grúas Plaza de Gernika, y trasladada para su restauración a la empresa Campanas Caresa de Valladolid, pues le faltaba un pedazo en su parte inferior. El traslado se hizo con el yugo de madera montado sobre la campana.
La campana mayor, del tipo romano, lleva en su exterior
dos inscripciones, una, rodeando el anillo superior y, la otra, al rededor del
anillo inferior, así como una gran cruz de calvario diamantada entre los dos anillos.
Veamos a continuación las inscripciones, su traducción y su significado
correspondiente:
-La del anillo superior, que se
encuentra en castellano: IO *
SOI * DOINA * MARIA * DE * BVEN * PARECER * IDEBVENA * ECHVRA * MEGOR *
ENTAINER *. La traducción de
la misma es: YO SOY DOÑA MARIA DE
BUEN PARECER Y DE BUENA HECHURA LA
MEJOR EN TAÑER.
-La del anillo inferior, * ECE
* CRVCEN * DOMINI * FVGITE * [HA]PARTES
* IOAN * DE * GVEMES * MEFECIT * ANNO * DE * 1618 *. Es la misma que la del anillo inferior
de la campana del Credo pero sin poner la antífona entera, a continuación el nombre del
maestro campanero y el año de fundición, JUAN
DE GÜEMES ME HIZO AÑO DE 1618. (Ver
las inscripciones de la
Campana del Credo) . Cada grupo de letras va separado por un
pequeño cuadrado que lleva en su centro una estrella de seis puntas. Las dos letras que aparecen entre paréntesis, [HA], fueron puestas por error y borradas posteriormente.
Se sabe que éste maestro
pertenecía a una familia dedicada a la construcción de campanas. Fueron
integrantes de éste clan familiar maestros campaneros tan afamados como Pedro y
Gonzalo de Güemes, siguió la tradición familiar Francisco de Güemes hijo de Gonzalo
y, aunque no se dispone de datos concretos, es muy posible que Juan de Güemes
fuese también hijo de Gonzalo. Eran, éstos Güemes, oriundos de la antigua
merindad de Trasmiera, enclavada en la actual comunidad autónoma de Cantabria,
en la cual aún hoy día existe un pueblo llamado Güemes.
Juan de Güemes trabajó en muchas
ocasiones con el también maestro campanero Domingo de Cueto, encontrándose
entre los trabajos realizados entre ambos las campanas de Cirauqui, Ciáurriz,
Guirguillano, Iguzquiza, Monjardin, Luquin, Armañanzas, Dicastillo, Muzqui,
Zuza y Arteaga. Los componentes de ésta familia aparecen citados como maestros
campaneros entre los últimos años del siglo XVI y primeros del XVII.
Andrés de Quintana / Pedro de Foncueva Güemes / Baltasar
de Gargollo.-
Vecino de Isla el primero y de Arnuero los otros dos, poblaciones
pertenecientes a la jurisdicción de la
Junta de las Siete Villas de la antigua merindad de Trasmiera, en la actualidad comunidad autónoma de Cantabria.
-El 4 de mayo de 1701, los maestros
campaneros Andrés de Quintana, Pedro de Foncueva Güemes y Baltasar de Gargollo, en
sociedad, se comprometieron mediante escritura pública con la fábrica de Santa
María de Lekeitio a construir dos campanas. Pero, según el libro de cuentas de fábrica de dicha iglesia, fueron cinco las
campanas que en 1701 fundió este equipo de campaneros:
1) Kreduko kanpaia
La denominada hoy día Kreduko kanpaia (Campana del Credo). Es del tipo romano y tiene en su exterior dos inscripciones, una rodeando el anillo superior y la otra alrededor del anillo inferior, así como una gran cruz de calvario diamantada entre las dos. Veamos a continuación las inscripciones, su traducción y su significado correspondiente:
-La del anillo superior, AVE MARIA GRACIA PLENA
DOMINVS TECVM ANNO DOMINI 1701, cuya
traducción es: AVE MARIA LLENA ERES DE GRACIA EL SEÑOR ES CONTIGO AÑO DEL SEÑOR
1701.
-La del anillo inferior, ECCE CRVCEM DOMINI FVGITE PARTES
ADVERSE VICID LEO DE TRIBV IVDA RADIX
DAVID ALELVIA, cuya
traducción es: ESTA ES LA
CRUZ DEL SEÑOR HUID SUS ADVERSARIOS HA VENCIDO EL LEÓN DE LA TRIBU DE JUDA EL VÁSTAGO DE DAVID ALELUYA.Este texto aparece en una de las antífonas que se cantaban o rezaban en Vísperas, en la celebración de la fiesta de la Invención de la Cruz, que se celebraba el día 3 de Mayo.
Tal antífona, cuya parte final
está tomada del Apocalipsis, 5-V, solía también ser empleada en los conjuros
contra las tempestades y éste será sin duda el motivo de incluirla como piadosa
invocación en la propia campana.
Una antífona es un versículo o parte de él que, en
las horas canónicas (Oficios Divinos), se canta o reza antes de un salmo, repitiéndose al final
por completo, y se encuentra, como los salmos y las horas canónicas, en el libro litúrgico denominado Breviario.
Hacia el siglo XIII, las horas canónicas fueron recogidas en un tomo, llamado
Breviario, para el uso privado de los monjes y del clero. Las iglesias
ortodoxas utilizan todavía las viejas colecciones de los libros litúrgicos para
realizar los oficios divinos. La recitación de los oficios divinos ha sido
obligatoria para todos los sacerdotes (y algunas monjas) en la
Iglesia Católica Apostólica Romana desde 1918. El Concilio Vaticano II modificó el breviario y cambió su denominación por la de Liturgia De Las Horas.
Entre los dos anillos, en el lado
opuesto a la gran cruz de calvario diamantada, tiene una pequeña cruz a cuyo
pie, y dentro de un marco rectangular, se encuentra la inscripción, DQVIИ / TAИA, firma de maestro fundidor que
corresponde al apellido del maestro campanero Andrés de Quintana.
La tierra que se utilizó para hacer los moldes de las campanas se extrajo de la zona de Lea (Mendexa) y se trasladó en gabarras hasta la zona elegida para su fundición. Fueron necesarios 12 oficiales para abrir y cerrar los hoyos donde se fundieron las campanas, por lo que se les pagó 54 reales en total.
En la escritura de contrato de
estas dos campanas se hace constar que era “obligazion de los dhos Pedro de
Foncueba y consortes el entregar las dhas dos campanas perfectamente acavadas a
examen de maestros al pie de la dha torre a su cuenta y riesgo poniendo la dha
fabrica el gasto que se hiçiese en la conduzion dellas desde el paraje donde se
fundieren”. Por lo que parece que las campanas se fundieron en algún paraje
alejado de la iglesia.
En el libro de Cuentas de Fabrica
de Santa María Sig. 30-02, fº 98, se puede comprobar que fueron 5 las campanas
construidas en 1701 por los mencionados maestros campaneros.
La fábrica de Santa María pagó por
la campana del Credo 906 reales y 30 maravedíes (a 14
maravedíes la libra), por lo cual se puede calcular que pesaba 2.202,4 libras =
1.013 kilos; mide 4,49
metros de
circunferencia y su diámetro es de 1,43
metros .
2) San Nicolás de Bari
La campana denominada San
Nicolás de Bari.- Esta campana fue construida para la ermita de San Nicolás de Bari de
Lekeitio. En 1795 tras la demolición de la ermita de San Nicolás de Bari, fue
trasladada al campanario de la iglesia de San José. Finalmente, en 1829, fue
colocada en la ermita de Talako San Juan, donde todavía se encuentra. Se trata
de un cimbalillo esquilonado; tras su fundición pesó 31
libras = 14,26 kg. y se pagó por ella a 15,50 maravedíes la libra = 480 maravedíes = 14,11 reales. Tiene, en suanillo superior, la inscripción: S. NICOLATI ORA PRO NOBIS 1701.
De las otras tres campanas
construidas por los mencionados maestros fundidores, “la campana que sirve
al relox” y dos “esquilones”,
no se tiene noticia de donde se encuentran en la actualidad.
La tierra que se utilizó para
hacer los moldes de estas cinco campanas se extrajo de la zona de Lea (Mendexa)
y se trasladó en gabarra hasta la zona elegida para la fundición.
Antonio de Palacio.- Era vecino de Isla, población
perteneciente a la jurisdicción de la
Junta de las Siete Villas de la antigua merindad de Trasmiera, en la actualidad comunidad autónoma de Cantabria.
Carlos Venero.- Era vecino de Isla, merindad de
Trasmiera, Cantabria.
-En 1770, en sociedad con Antonio
Palacio, contratan dos esquilones para la parroquia de Santa María de Lekeitio.
Pesaron 400 libras
cada una de las campanas. Precio: a 6,75 reales cada libra. Modo de pago: en
tres plazos, el primero al empezar y el último a los ocho años, que es la garantía
pactada. Se desconoce su paradero.
-En 1791 construyó para la
parroquia de Santa María de Lekeitio un “esquilon
de vuelta y la campana de llamamiento al
rosario”, por las que se pagaron 1.767 reales. Se desconoce su paradero.
-En 1793 construyó una campana
para la parroquia de Santa María de Lekeitio, por la cual se pagaron 962 reales
y 9 maravedíes. Fue fundida en Bilbao, su traslado hasta Lekeitio costó 32
reales. Se desconoce su paradero.
Luís de Mendoza / Bernardo Mendoza.- Es uno de los componentes de
una familia de campaneros, todos ellos naturales del lugar de Isla, en la
merindad de Trasmiera, Cantabria. Juan, Luís y Bernardo son los tres hermanos.
De Juan la única referencia es la aparecida en los papeles del inventario de
Marcout. Algún dato más tenemos de Luís, el cual fallece el 8 de noviembre de
1808.
-Luís de Mendoza contrata una
campana para la iglesia de de Santa María de Lequeitio en 1801. Esta campana,
debido a que “por sus legítimas ocupaciones no puede asistir el otorgante
personalmente” hubo de ser construida por su hermano Bernardo. Se desconoce
su paradero.
Antonio de la Hoya.- Vecino de
Arnuero, merindad de Trasmiera, Cantabria.
Tiene, en su anillo superior
(hombro), la inscripción: IHS LA PURISSIMA CONCECION
AON DE 1825 / ANTONIO DE LA HOYA.
-En 1824-1825 construyó dos esquilones y una campana de vuelta para la parroquia de Santa María de Lekeitio: Por 2.930,17 rs, pagados a Antonio de
-En 1831-1832 construyó una campanita para la
parroquia de Santa María de Lekeitio: Por
pagados a dn Antonio de la Hoya maestro campanero por la fundición de
la campanita nueba que se toca al rosario y a misa según consta su recibo nº
40. 336 rs. Se desconoce su
paradero.
Nicolás de la
Hoya.- Era éste maestro
campanero natural de Arnuero, localidad de la antigua merindad de Trasmiera,
perteneciente hoy día a la comunidad autónoma de Cantabria, y residente
en Bilbao.
-En 1846 construye dos esquilones
de volteo para Santa María de Lekeitio, de los cuales solo queda uno. Costaron
las dos 894 reales. Tiene en su anillo superior la inscripción JESUS MARIA LEqVEITIO AÑO DE 1846, y ostenta una cruz de
calvario entre los dos anillos. Mide 1,94
metros de circunferencia y 0,62 metros de diámetro, y su peso es de 138 kilos.
Esteban Echebaster.- Vecino de Vitoria, con fábrica de campanas y relojes desde 1841.
-En 1881 construye un esquilón
para el reloj de la
Cofradía de Mareantes de San Pedro de Lekeitio.
El 10 de noviembre de 1881 habían
terminado las obras de instalación del nuevo reloj en el campanario de la
iglesia de San José de Lekeitio, lugar que ocupaba hasta entonces el reloj
construido en 1786 por Roque de la
Prada para la iglesia de Santa María de Lekeitio. Éste reloj viejo, tras ser
arreglado ese mismo año de 1881 por Martín de Elordi, fue montado en la última
planta del edificio de la Cofradía de Mareantes de San Pedro. (Ver en este mismo blog, El reloj de la cofradía vieja)
A este reloj se le puso una campana nueva
fundida por Esteban Echebaster, que costó 1.624 reales de vellón = 406 pesetas,
mide 1,80
metros de circunferencia y 0,57 metros de diámetro, y su peso, según el constructor, es de 9 arrobas y 7 libras = 232 libras = 106,72 kg. Tiene esta campana varias inscripciones, la del anillo superior: JESUS MARIA Y JOSE ORA PRO NOBIS AÑO 1881; la
del anillo inferior: PRO * PIEDAD * DEL * Y * LUSTRE * AIUNTAMIENTO * DE *
LEQUEITIO * AÑO * DE * 1881; y sobre el anillo inferior, dentro de un
recuadro: ESTEBAN / ECHEBASTER / EN VITORIA.
-En 1885 construyó un esquilón para la parroquia de Santa María de Lekeitio. Actualmente no se usa, se encuentra suelta en uno de los rellanos de la torre de esta iglesia. La fábrica de Santa María pagó por esta campana 1.762 reales; mide
José Aguirre Sarasua, hermanos.- Constructores de
campanas con sede en Bilbao.
-En 1859 construyó una campana
para la ermita de la
Magdalena de Lekeitio, por valor de 426 ¼ reales vellón. Se
desconoce su paradero.
Vicente de Torre sucesor de Francisco Aguirre Sarasúa – Fundición de bronce y
demás aleaciones de metales.- Domicilio social C/ Sendeja nº 18, Bilbao.
-En 1895 funde un campanillo para
la iglesia parroquial de Santa María de Lekeitio. Actualmente no se usa, se
encuentra suelta en uno de los rellanos de la torre de esta iglesia. Su coste
fue de 176,75 pesetas (a 3,5 pesetas el kilo), mide 1,44
metros de circunferencia y 0,46 metros de diámetro, y su peso es de 50,5 kilos. Tiene en su anillo superior la inscripción: JESUS MARIA Y JOSE AÑO DE 1895. También tiene, entre los dos anillos, una pequeña cruz de calvario con potencias y, en el lado opuesto a esta cruz, el escudo de Bizkaia, bajo el cual y dentro de un marco rectangular ostenta la inscripción: AGUIRRE SARASUA / BILBAO. Esta campana fue transportada desde Bilbao hasta Lekeitio por Guillermo Acarregui, cobrando éste 4 pesetas por el transporte.
Hijos de Murua.- Los Murua eran constructores de
campanas y relojes desde 1882.
-En 1914 construye un esquilón
para el monasterio de las Madres Agustinas de Eibar; monasterio destruido en
1936. En 1940, las Madres Agustinas de Eibar compran el palacio Abaroa de
Lekeitio y se trasladan a él; trasladando la mencionada campana a su nuevo
monasterio. Se empleaba para llamar a los fieles a misa, pero, con la
construcción en 2004 del nuevo convento de las Madres Agustinas de Lekeitio, ha
quedado en desuso por haber sido sustituida por otra campana más moderna.
Actualmente se encuentra en el mencionado palacio Abaroa de Lekeitio.
Tiene, en su anillo superior
(hombro), la inscripción: SAN
JOSE ORA PRO NOBIS AÑO 1914.
Murua.- Vecino de Vitoria.
-En 1965 construye, la empresa Murua de Gasteiz, un esquilón de volteo para la parroquia de Santa María de
Lekeitio. Se encuentra en la cara oeste del campanario, es la de la izquierda
según se mira desde la calle. Se trata de uno de los dos esquilones de volteo
de diferente fundición, popularmente denominadas esquiloiak. Mide 1,85
metros de circunferencia y 0,59 metros de diámetro, y pesa 119 kilos. Tiene en su anillo inferior la inscripción: AÑO 1965. Entre los dos anillos, dentro de un marco ovalado, se encuentra la inscripción: MURUA / ME FECIT / VITORIA ESPAÑA.
Ángel Perea.- Vecino de Miranda de Ebro
(Burgos). Los Perea eran constructores de campanas y relojes desde el siglo
XVIII.
-En 1953 construye un esquilón
para el Monasterio de Santo Domingo de Lekeitio. Se encuentra todavía en el
mencionado monasterio. Tiene inscrita la leyenda: BEATO VALENTIN DE BERRIO – OCHOA
PP. DOMINICOS AÑO 1953.
Abel Portilla.- Vecino de Gajano (Cantabria).
-En 1998, refunde una campana de
1643 para el monasterio de Santo Domingo de Lekeitio. Se encuentra todavía en
el mencionado monasterio. Tiene en su anillo superior la inscripción: S. JOSEPH SPONSE B-M-V- HORA PRO NOBIS; y en su
anillo inferior se puede leer la inscripción: TERTIOMILLENNIO
ADVENIENTE / 12 APRILLIS - 1998 -
RESURRECCIONIS DNJC.
Proceso de fundición
Por los
documentos revisados se deduce que el proceso de
fundición duraba entre tres y ocho días, pero a condición de tener ya
dispuestos todos los requisitos necesarios, como eran: el hoyo excavado en
tierra; el horno, que debía estar cubierto, y los materiales que el fundidor
precisaba, así como algún peón que le echara una mano en las labores a realizar.
Los
materiales, que generalmente aportaba el pueblo, se mencionan en varias ocasiones: “tierra,
leña, ladrillos, agua, hilo de yerro, hilo de liz, borra, sebo, cera y huevos”.
Se construía primero el horno
destinado a la fundición del bronce (cobre y estaño en las proporciones indicadas
al principio), y cerca de su emplazamiento, se
abría un hoyo en el suelo, de forma cilíndrica y algo más profundo que la
altura de la campana.
Luego se
preparaba el núcleo o alma del molde, cuya superficie exterior correspondía
al interior de la campana; este armazón, construido con ladrillos y argamasa, iba montado sobre un zocalillo provisto de
agujeros, para alimentar el fuego, que con leña y carbón se encendía
en el interior del molde, con el fin de cocerlo y darle consistencia. Con un
sistema de plantillas, se comprobaba la forma externa del molde, cuya superficie se alisaba con tierra arcillosa fina, a veces
mezclada con estiércol de caballo
que se dejaba fermentar, para
luego aplicar con la mano o con pincel la pasta resultante,
que también endurecía con el calor del fuego
hecho dentro del molde, previas minuciosas comprobaciones de su correcta
disposición por medio de las plantillas mencionadas.
Terminada esta operación y después
de aplicar al molde ya endurecido, una capa de barniz jabonoso (cera, sebo, etc., con carbón),
para evitar adherencias posteriores, se trasladaba aquél e introducía en
el centro del hoyo
excavado en tierra.
Sobre el núcleo así dispuesto, se
construía la “falsa campana”: una capa hecha con tierra mucho menos resistente
que la anterior y más quebradiza, del grueso que luego iba a tener la verdadera
campana; en este momento se colocan las letras y motivos ornamentales,
construidos en madera de boj, así como los cordones formados con liz y
alambre, cuyos relieves quedarán después
grabados en la cubierta final, a la que ahora
nos referiremos.
Una vez impregnado este segundo
molde o falsa campana, con el mismo betún jabonoso que el anterior, se procedía a fabricar sobre él, la cubierta
o tercer molde, con un
material arcilloso, que al secarse fuera consistente como el del núcleo; se
aplicaba la argamasa en capas sucesivas, que se dejaban secar, hasta dar a la
cubierta un grueso algo mayor que el de la campana.
Pasado el tiempo necesario y seca
ya la cubierta, se cortaba ésta en círculo por la parte inferior y se levantaba, dejándola aparte,
para romper y quitar la “falsa campana”
(molde central más frágil), quedando de
nuevo a la vista el núcleo (primer molde). Entonces se volvía a poner la
cubierta sobre dicho núcleo, centrándola gracias a ciertas señales hechas antes
de separar los tres elementos.
Luego se hacía el molde de las
asas, colocándolo en el lugar correspondiente y a continuación se rellenaba de
tierra el hoyo, en que estaban superpuestos el molde del núcleo y el de la
cubierta, en medio de los cuales quedaba el hueco de la “falsa campana”, que sería ocupado por la colada del
metal derretido en el horno, siendo vertido por la parte superior.
Realizada esta operación, se
dejaba enfriar, para procederse más tarde a desenterrar la campana y a
limpiarla y repararla, si algún pequeño defecto le había quedado.
Iñaki Madariaga Valle
BIBLIOGRAFÍA
-Bizkaiko Foru Aldundia. Bizkaiko kanpaiak / Campanas de
Bizkai.a
-Bizkaiko Foru Aldundia. El sonido del bronce.
-Bizkaiko Foru Aldundia. ERMITAS. Tomo I.
-Begoña Candina, Teresa Casanovas
y Begoña Doménech. Relojería
pública en Bizkaia.
-Gregorio Díaz Ereño, María Camino
Paredes, y Ana Mª Mendioroz Lacambra. Noticias
sobre maestros campaneros y relojeros en Navarra durante el siglo XIX.
-Isidoro Usúa Irigoyen, CAMPANAS Y CAMPANEROS EN NUESTRAS
IGLESIAS.
-José Ángel Barrio Loza. La campanería de Bizkaia.
-José Luis Alonso Ponga y Antonio
Sánchez del Barrio. La
Campana Patrimonio Sonoro
y Lenguaje Tradicional.
-Luís de Escallada González. ARTÍFICES DE AJO BAREYO Y GÜEMES.
-Luís de Escallada González. ARTÍFICES DEL VALLE DE MERUELO.
-Iñaki Madariaga Valle. LAS CAMPANAS, en Iglesia Parroquial de Santa María
de Lekeitio. Edición 2006.
Apéndice 2.
FONDOS DOCUMENTALES
AHEB. Libros de cuentas de fábrica
de Santa María de Lekeitio.
AHDB. Notariales, Fondo
Documental Lequeitio.
ASML. Cuentas de fábrica de Santa
María de Lekeitio.
LUA/AML. Libros de cuentas de
fábrica de Santa María de Lekeitio.
LUA/AML. Fondos Municipales.
FOTOGRAFÍAS
Javier Izagirre Urrutia / Iñaki Madariaga Valle.
FOTOGRAFÍAS
Javier Izagirre Urrutia / Iñaki Madariaga Valle.
Nota: Medidas de las campanas
tomadas por el autor.